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Para ir financiando la campaña durante el verano, los productores, en muchos casos, deciden almacenar su cosecha de granos finos y la van liquidando poco a poco. Por eso, aquí te alertamos sobre los cuidados que se deben considerar en la etapa de postcosecha para evitar pérdidas de calidad de los granos almacenados.

Las altas temperaturas son la principal fuente del deterioro de los granos y esto se potencia si se combina con niveles de humedad por encima de los estándares recomendados para un adecuado almacenamiento.

Por ello, es muy importante utilizar las buenas prácticas en postcosecha, que tienen por objetivo buscar la inocuidad de los granos ya que terminan siendo alimentos para los seres humanos o para los animales. Para lograr mantener esa inocuidad hasta el momento de transformarlos en alimentos es necesario tener granos sanos, secos, limpios y fríos.

Si se cumple con esos cuatro requisitos entonces el mantenimiento en el tiempo es posible pero, si no se da alguna de esas condiciones, comienza un deterioro de la calidad ya que insectos y microorganismos comenzarán a metabolizar los contenidos de esos granos.

En los últimos años, el crecimiento acelerado de la producción de cereales y oleaginosas derivó en la amplia difusión del silo-bolsa, que constituye una herramienta valiosa en las épocas en las que se concentra la cosecha de cada grano. En el silo-bolsa hay algunos aspectos que se deben cuidar para no malograr la calidad de los granos almacenados. El tiempo de permanencia de los granos en la bolsa es crucial; dependiendo de las condiciones climáticas y que la bolsa no se rompa, los granos no deberían permanecer más de 2 o 3 meses almacenados.

A través del tiempo la bolsa se va convirtiendo en permeable, permitiendo el ingreso de oxígeno activando así el desarrollo de insectos, que se acelera en los granos de cosecha estival, como el trigo y la cebada, al combinarse con altas temperaturas. Y en los casos que aumenta la humedad, por ejemplo por rotura de la bolsa, también habrá desarrollo de hongos nocivos para la alimentación humana y animal.

Una de las cuestiones que analizan los productores para decidir la modalidad de almacenaje son los costos de las alternativas, acopio versus silo-bolsa. Lo que se cobra por el ingreso a la planta de acopio es equivalente a lo que el productor debe invertir sólo en el costo de la bolsa y a eso debe agregar los gastos de embutido y extracción. Como ventaja extra que ofrecen los acopios, en campañas voluminosas, algunos acopiadores le dan la bolsa al productor para que mantengan los granos en sus establecimientos por períodos breves.

Cuando los granos se entregan a los acopios hay dos factores que quedan cerrados para el productor, la cantidad y la calidad de sus granos. A partir de allí, la responsabilidad será del acopiador.

Categorías: Consejos

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